También a los no poetas nos corre sangre por las venas, practicamos la autoinducción del delirio...

También a los no poetas nos acecha el abandono, los abismos también salen a nuestro encuentro...

También a los no poetas nos embelesan los árboles agitados por el viento y las ondas que irrumpen en el agua quieta.



sábado, 16 de noviembre de 2013

Tierra llana

Caserío ocre, laberinto llano
tus hijos enmohecidos pululando,
de tus días eternos cautiva,
de tus noches fugaces, centinela,
aferrada a palpables espejismos,
en paisajes de acuarela diluídos,
un horizonte policromo he asido.

sábado, 21 de enero de 2012

Espiral



Para percibir el color, se requiere una fuente de luz y que el ojo humano perciba la ilusión del color.
Óptica. Eugene Hecht. 2000


Una vez más el pintoresco Pueblo Quieto ha sido cubierto por el oscuro manto y debajo de éste, comienzan a urdirse como cada noche; las pasiones, las mentiras, las tragedias, y las miserias.  Después de todo, dentro de unas cuántas horas, volverá sigilosa la aurora y con ella, por otras cuántas horas, el sosiego y el color.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Sin retorno

Sea cual sea el punto cardinal desde el que el viajero arribe a Pueblo Quieto, podrá advertir muchos kilómetros antes el espeso velo de polvo que oculta lo que parecen ser las ruinas de un pasado mejor. Cuando el viajero se adentra en el pueblo percibe el letargo y el enmohecimiento de sus hijos, transcurrido un rato, el viajero descubrirá que es el oxígeno de su enrarecida atmósfera mezclado con la osamenta de sus hijos hechos polvo, lo que lentamente le aletarga a él también.

martes, 29 de junio de 2010

Pueblo Quieto.



Polvo que vela el horizonte
fuego que funde atardeceres
ruinas de cantera suspicaces
torres que asfixian voluntades,
voces que inquietan soledades
vientos que alborotan conciencias
tragedias espiando desde estatuas
festivales ridículos olvidados,
amores imposibles sofocados,
claustros de susurros infestados,
gritos furiosos acallados,
parques de recuerdos oxidados,
rejas que gimen por sonrisas,
pasados que persiguen ensañados
huellas que huyen extenuadas
ausencias que imploran compañías,
infiernos en los atrios enterrados,
fantasmas que sonríen desquiciados.